El próximo jueves 28 de enero es el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono, fecha creada por las ONU para tomar conciencia sobre el cuidado del planeta.
Bajo este contexto, si bien la pandemia ha sido una catástrofe humanitaria y económica, entre otras, ha sido una pausa positiva para el medioambiente. La Agencia de Energía Internacional (EIA) estimó que en el 2020 el mundo usó un 6% menos de energía. Mientras que la NASA detectó desde el espacio la disminución de gases contaminantes en la atmósfera y caídas de entre el 20% y el 30% de las emisiones de dióxido de nitrógeno. Estos resultados hacen que el 2020 y por consecuencia del coronavirus, sea el año con la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia.
Si hacemos una radiografía a nivel nacional respecto a sostenibilidad, Chile se encuentra ubicado como líder de la región ya que logró el primer lugar de América Latina en el ranking de Desarrollo Sostenible 2020, trabajo liderado por el economista Jeffrey Sachs y publicado por la Universidad de Cambridge, que analizó el avance de los países respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles.
Esta posición en parte se debe a la visión y valores que están teniendo los emprendimientos. Para Gonzalo Muñoz, Cofundador de TriciClos, “Chile es un país que ha sido ejemplar en promover esta lógica de emprendimiento con propósito, con impacto más allá del financiero o laboral que son las métricas tradicionales. En esto somos un país vanguardista ya que cada vez hay más que tienen ese acento de sostenibilidad”, asegura el Champion de la COP25.
Sin embargo, pese a estas buenas noticias, aún falta mucho para lograr los objetivos planteados en el Acuerdo de Paris y la Agenda 2030, acuerdos a los que Chile está suscrito, y por lo que se requiere aún más esfuerzos tanto del sector público como privado.
Para Verónica de la Cerda, CEO de TriciClos, un buen instrumento para que se generen sinergias son los acuerdos de producción limpia donde privados y el sector público se comprometen en pos de un propósito común. “Si bien hay bastantes, aún se puede avanzar mucho más. Existen muchas trabas para avanzar hacia una economía circular que están en leyes obsoletas y barreras normativas que complican el fomento del desarrollo de la sostenibilidad. Se requiere del sector público no solo para crear incentivos ni penalizaciones, sino que también para ajustar el marco normativo de la nueva realidad en la que estamos”, asegura.
En línea con este propósito, en medio de la pandemia se lanzó el programa Race to Zero de la mano de Gonzalo Muñoz y Nigel Topping, Champion de la COP26, que busca alcanzar carbono neutralidad para 2050 mediante una colaboración público-privada a través de todas las instituciones, el mundo empresarial, las administraciones locales, universidades, entre otras, para trabajar colaborativamente y sumarse al compromiso.
Sobre los desafíos que tiene el país en materia de sostenibilidad, para Gonzalo la centralización es uno de los temas más relevantes a tratar. “Hay que llevar más de esta capacidad emprendedora, de progreso y desarrollo a las regiones de forma tal que se generen núcleos potentes a lo largo de todo Chile y no se perciba que en realidad si no tienes una pata en Santiago la cosa se te hará más difícil. Organizaciones como Endeavor que tienen repartidos a líderes del emprendimiento por todo el territorio nacional tienen un rol super importante en contribuir a esto”, asegura.
Por su parte, Verónica comenta que “es clave entender que la sostenibilidad es un buen negocio y que permitirá que tu empresa perdure en el tiempo”.
¿Cómo se pone en práctica eso?, para Verónica es fundamental que las organizaciones “se midan, se asesoren, se hagan las preguntas correctas y concienticen acerca del modelo de negocio que tienen, su logística, y la cadena de valor completa para ver dónde están los espacios de mayor impacto negativo, así como también las oportunidades de crear mayor impacto positivo. Así se puede ver el mayor potencial para ir construyendo una legitimidad o sostenibilidad en el tiempo para tu negocio” asegura.
Si el 2020 nos enseñó a producir lo mismo reduciendo movimientos y consumo energético, en 2021 hay que aprender a producir más con menos y a no dejar más huella para conseguir un futuro más respetuoso donde las organizaciones vean las mejoras sociales y medioambientales no solo como estrategias empresariales, sino como oportunidades de contribuir con el mundo.
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