¡Lemu NGE llegó al espacio!
El viernes 16 de agosto, nuestro Emprendedor Endeavor y Fundador de Lemu, Leo Prieto, realizó con éxito el lanzamiento de Lemu NGE, el primer satélite del mundo dedicado a observar la biodiversidad. Es por eso que quisimos conversar con él, sobre los desafíos que conllevó este gran logro, sobre qué es lo que se viene para Lemu, y muchísimas cosas más. ¡No te pierdas cada detalle que nos contó Leo!
A las 13:19 horas del 16 de agosto de 2024, en el estado de California en las oficinas de Elon Musk, más de 6 mil personas esperaban en directo expectantes el lanzamiento de un cohete. Leo prieto dice que el sonido es algo que nunca va a olvidar. Ese era el sonido de un cohete que se iba a dedicar a monitorear nuestro medio ambiente, creado desde Chile. A continuación le dejamos con el testimonio de Leo.
- ¿Qué significa para ti y para Lemu este lanzamiento en términos de impacto y crecimiento?
¡Llegamos al espacio! Es un sueño hecho realidad, más de 6 años trabajando para este resultado que aún cuesta creer se haya logrado. Nos embarcamos en esta misión porque hay un tremendo vacío de datos de la naturaleza, clave para revertir las crisis ambientales que estamos viviendo, y a pesar de que los satélites son la forma más eficiente de medir algo tan vasto como nuestro planeta, apenas el 0.1% de ellos tiene los instrumentos necesarios para caracterizar a la naturaleza. El lanzamiento de Lemu Nge — que llegó exitosamente a la órbita esperada, está operativo y enviando los primeros datos. Es un hito tremendo no solo para la misión de Lemu sino que para el planeta en general, con un instrumento inédito para aportar a un problema global.
- ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaron para llegar a este punto y cómo lo superaron?
Al igual que cualquier emprendimiento de tecnología profunda (“deep tech”), el mayor desafío inicial fue conseguir financiamiento (nada nuevo bajo el sol), especialmente por mi fijación en emprender desde Chile para el mundo. Lanzar un satélite requiere cantidades considerables de dinero y plazos que la mayoría de los fondos de inversión, que siguen tendencias y esperan retornos rápidos, simplemente no consideran.
Afortunadamente llevo años emprendiendo y eso me permitió financiar directamente los primeros pasos y luego atraer un grupo de inversionistas ángeles — todos chilenos — que si creyeron que desde Chile podíamos poner en órbita un satélite único en su tipo. Eso nos permitió llegar lo suficientemente lejos para sumar un fondo de inversión corporativo como Arauco Ventures, con visión a largo plazo, compromiso con el problema y el entendimiento que este tipo de emprendimientos disruptivos, a pesar de ser de alto riesgo, generan una ventaja competitiva considerable al lograr sus objetivos.
- ¿Qué sientes al ver despegar un satélite que representa años de trabajo y esfuerzo?
Primero mucha ansiedad, “Space is Hard” dice la NASA y no es broma, llevamos años evaluando múltiples escenarios para cada uno de los componentes y hay demasiados riesgos reales de que todo pueda salir mal. Hicimos simulaciones y luego pruebas contundentes — vibración, radiación, vacío, temperatura, etc — que mitigan estos riesgos y reducían en algo la ansiedad, pero nada estaba asegurado. Luego cada fase es un riesgo, el lanzamiento, puesta en órbita, despliegue de paneles y antenas, comunicación, control, captura de imágenes, propulsión, etc.
Pero toda esa racionalidad desaparece cuando empieza la cuenta regresiva, aparece la nube bajo el cohete, empiezas a ver su llama encandilante y su rugido ensordecedor. Ahí la emoción se vuelve visceral y se hace muy palpable lo épico que es saltar hacia el espacio. Aparece la incredulidad, cuesta creer lo que acaba de pasar, después de tantos años soñando sólo nos demoramos un par de minutos y ya salimos de nuestra atmósfera. Es un momento eufórico, terminó la cuenta regresiva y empezó a correr el reloj hacia adelante, la misión acaba de comenzar. Por un lado empiezan a llover mensajes de apoyo y aliento de familiares, amigos y desconocidos que nos llenan de alegría, pero por otro lado sigue la ansiedad de esperar 2:30 horas para que el satélite se desprenda del lanzador y sea puesto en órbita — la fase fatal del Fasat Alfa en 1995 que fue trauma generacional para muchos.
De más está agregar que Lemu Nge superó todas esas fases, no sólo está en órbita y operativo, incluso ya capturó su primera imagen y aunque aún no está calibrada, superó mis expectativas. Ha pasado más de una semana y la euforia sigue intacta.
- ¿Hay algún mensaje que te gustaría compartir con otros emprendedores que sueñan con llegar tan lejos?
Nadie logra nada solo. Me toca a mí responder estas preguntas y ser la cara visible de Lemu y de Lemu Nge, pero la gran clave de haber logrado este resultado exitoso es que fuimos capaces de reunir un equipo de humanos extraordinarios. Los emprendedores nos destacamos por ser excelentes improvisadores, por defecto hacemos lo que podemos con lo que tenemos, no nos paralizamos si nos falta algo para lograr nuestros objetivos, por el contrario muchas veces es justamente lo que nos moviliza. Pero por lo mismo a veces creemos que podemos resolverlo todo y veo que a muchos se nos olvida que las mejores soluciones a los mejores problemas vienen de la inteligencia colectiva, grupos diversos en perspectivas humanas pero que comparten valores y objetivos comunes. Visión, liderazgo o carisma no es la clave del éxito. Curiosidad, amabilidad y empatía son mucho más escasos e importantes en mi experiencia.
- ¿Cómo planeas celebrar este logro y qué sigue para Lemu?
Cómo buen emprendedor, ¡trabajando! Más de 6 años de gestación para que este logro saliera a luz, han sido muchos años de espera así que no hay minuto que desperdiciar. Cada 96 minutos Lemu Nge da una órbita completa a la Tierra y hay que aprovecharlas todas. Desde el momento que alcanzó su órbita de casi 600 km sobre la Tierra empezó la misión, validando primero la salud de la nave y haciendo las primeras pruebas esenciales. Luego a los 5 días y 16 horas de haber entrado en órbita generó su primera imagen — ¡y salió casi perfecta! — un logro extraordinario ya que rara vez esto sucede antes del mes y hay múltiples satélites que llevan más de un año en órbita sin haber logrado este hito. Todavía nos falta mucho que probar y calibrar, por lo que esperamos estar entregando datos fiables entre 3 a 6 meses más.
En paralelo estamos muy cerca de abrir al público Atlas, nuestra plataforma de inteligencia de la naturaleza, que entrega cientos de indicadores medioambientales para ayudar a las organizaciones a tomar decisiones basadas en la naturaleza. Nuestro plan es lanzarlo a finales de 2024, aunque llevamos varios meses pilotando con algunas de las empresas más grandes de Chile y hemos recibido mucho interés de organizaciones en EEUU, Europa y Asia, pero no son nuestro foco por el momento.
¡Queremos felicitar a Leo y a todo el equipo de Lemu por este tremendo logro que busca poder generar un tremendo impacto ambiental en nuestro planeta! Además, te invitamos a seguir el satélite en vivo acá
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